Día del Policía Bonaerense: “No es una religión. Es un trabajo que se hace con el corazón”, dijo Escujuri

13 diciembre, 2019

Día del Policía Bonaerense: “No es una religión. Es un trabajo que se hace con el corazón”, dijo Escujuri

En el Día de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, la comisario inspector María Escujuri consideró que “para mí no es una religión, es un trabajo pero que se hace con el corazón”.

A poco de cumplir 31 años de servicio y oriunda de San Mayol “con orgullo”, dijo esta mañana que comenzó con la idea de ser policía a los 14 años. “Fue cuando un día mi papá me lo propuso y ahí se me plantó la semilla, ya no paré y acá estoy. Recuerdo que en la Secundaria nos preguntaron qué proyecto teníamos a futuro y con 15 años dije que iba a ser policía y todos me miraron raro. Me decían que no iba a poder porque era muy chiquita y pude. Hice dos años en la Escuela Juan Vucetich y luego comencé a trabajar acá. Después me recibí de abogada”.
Hoy, con dos nietos, León y Lucina, mencionó que el menor de sus hijos sigue sus pasos. “Él se recibió como Comando, fue uno de los mejores promedios y se fue a La Plata. Trabaja y también estudia, aparte de ser policía”.
Escujuri, quien actualmente se desempeña en la Jefatura Departamental cubriendo guardias y francos, compartió lo que significa para ella la profesión: “Ser policía para mí no es una religión. Es un trabajo, pero que se hace con el corazón. Es una profesión muy ingrata, porque nadie va a la comisaría contento, va porque tienen un problema; cuando nos convocan en la calle fue porque tuvieron un problema. La gente a la que le robaron no está contenta cuando nos ve. No está feliz. Entonces, es una profesión ingrata en todo sentido, y por ahí la gente no tiene mucho conocimiento de cómo es nuestro trabajo por dentro”.
Quiso aclarar que “cuando andamos en patrullero no estamos paseando, estamos patrullando, tratando de hacer nuestro trabajo lo mejor posible. Ojala pudiera haber un policía en cada cuadra, a lo mejor no robarían, pero si roban, no es por culpa nuestra. No estamos de ese lado de la vereda, estamos del otro. Cuando comencé a trabajar no había hechos tan violentos, y si los había era algo esporádico. Ahora mutó en violencia y en la cantidad de personas que delinquen. Esto va conforme a lo que ha cambiado la sociedad”, consideró.
Los mejores años
Recordó también que durante dos años fue jefa en Claromecó: “fue mi primera experiencia como jefa y fue bárbara. Digo que fueron mis dos mejores años en la policía, era todo nuevo, y la gente maravillosa”.
Remarcó, además, que “uno tiene que tener personalidad y bien claro que es lo que quiere. Si quiere hacer las cosas bien trabajando con hombres y mujeres lo podemos hacer y la base mía hacia mis compañeros fue siempre el respeto, nunca el grito, el destrato y maltrato”.