Fuertes cuestionamientos a la fiscal en los alegatos por el caso Castro

31 marzo, 2017

Fuertes cuestionamientos a la fiscal en los alegatos por el caso Castro



Con fuertes cuestionamientos a la investigación del hecho por parte de la defensa de los imputados, se escucharon los alegatos el juicio por jurados que se realizó en torno al asalto sufrido por el matrimonio Castro, en septiembre de 2014, en su casa de Claromecó. Por el caso están acusados Lautaro Cascini, Nahuel Durante y Fernando Valbuena. La fiscal, en tanto, pidió que se condene a los tres imputados y aseguró que “digan lo que digan, mi carrera judicial es impecable”.
La defensa de los jóvenes claromequenses, encarnada en los abogados Matías Moya y Daniel Delgiorgio, había solicitado que se retire la prensa al momento de pronunciar su alegato, a lo que la jueza Fabiana Brandolín no hizo lugar por el carácter público de las audiencias consagrado en la ley. Acto seguido se advertirían las razones de la reserva del doctor Moya, que en su alocución cuestionó fuertemente la actuación de la fiscal Verónica Vidal en el caso, y de los policías que intervinieron en la investigación, al asegurar que “la mayoría de ellos mienten”.
Moya advirtió que “lo investigado no es serio, no hay pruebas para inculpar a Cascini, Durante y Valbuena”, y al mismo tiempo aseguró no tener intención de ofender al matrimonio Scarcella, aun cuando cuestionara su testimonio “que es el único elemento de prueba que aportó la Fiscalía para condenar a tres jóvenes hasta a 15 años de prisión, un testimonio que es inadmisible para fundar una condena”.
“La víctima puede repararse cuando se trabaja y se investiga para esclarecer el hecho. Y el rol del jurado no es hacer justicia sino valorar si las pruebas que trajo la fiscal son suficientes para convencerlos de que estos tres jóvenes son los autores del robo. Y mi consideración es que ese trabajo no fue eficiente, ni siquiera serio. Ustedes ven aquí a tres chicos infantiles, si se quiere tontos, que se ríen sin comprender que está en juego su libertad, su futuro, la posibilidad de formar una familia o de trabajar en blanco. Vinieron sus vecinos y amigos a hablar de ellos, vino una mujer, esposa de un comerciante de Claromecó, sin necesidad alguna de mentir. No puedo traer 30 personas a mentir o a dar falso testimonio a un debate”, apuntó Moya, que trazó un perfil de los acusados y su vida cotidiana, alejándolos de la posibilidad de que hayan cometido el delito. “Son tres pibes que quizá son mejores que lo que era yo a su edad, no son tres monstruos”, argumentó.
“Sin sanata”
Tras sus primeras palabras, Moya aseguró que “es una vergüenza que la fiscal haya imputado a Fernando Valbuena, que en los momentos en que ocurrió el hecho estaba dando una clase y hay testigos de eso. Y quiere reivindicar a la víctima con el testimonio de una pobre mujer, a la que puso a carear con un policía, una mujer que quizá no miente pero que se construyó una realidad. Hasta seis veces dice que no dijo lo que dijo, o que no firmó lo que firmó. Que la fiscal encuentre a los verdaderos autores, pero sin sanata. El trabajo de Vidal fue amateur, improvisado. Una vez le dije que admiraba su pasión, hoy creo que es testaruda”.
El abogado cuestionó, como ha ocurrido ya en otras pesquisas, el rol del policía Julio Rodríguez, y el de los policías de Claromecó. “No son serios. Y mienten, como toda la policía de la provincia de Buenos Aires, que les vende pasteles podridos a los fiscales. Y es mentira que la fiscal se ocupó de este tema, porque cuando todo esto pasó estaba acá en Tres Arroyos y nunca comisionó a alguien para Claromecó. Empezaron a ocuparse cuando vieron el reclamo de los padres de los imputados en los medios, buscando testigos por Facebook. Y lo de Rodríguez parece un chiste. Hizo separar a un fiscal”, sostuvo Moya, que cuestionó también un acta realizada 17 días después de los hechos en la que se ratifica el reconocimiento de los imputados por parte de la señora de Castro.
Luego haría referencia a la condición de “gangoso” de uno de los imputados, Lautaro Cascini, en la que a su criterio nadie reparó durante la investigación aunque se lo sindicó como autor de insultos a los Castro. Y recordó que hubo dudas de la víctima en las ruedas de reconocimiento, que finalmente no apuntó a dos de los imputados como quienes habían cometido el atraco.
Moya también advirtió que fue “una exposición innecesaria” una nota periodística en la que la mujer asaltada reconoce “que la gente de Claromecó está enojada con ella”, y que en la villa balnearia “se siembra marihuana y no zapallo”, por lo que podría intervenir Narcotráfico. Esa nota, destacó Moya, fue editada con un tema de “Intoxicados” como cortina. “Sólo la fiscal pudo haber expuesto a esta mujer, cuyo testimonio no puede ser válido como única prueba, a esto”, finalizó.
“Los tres fueron los autores del robo”
A su turno, la fiscal Verónica Vidal recordó que trabaja en la justicia desde hace 29 años, y que el viernes asumirá como jueza “tras una carrera impecable, de compromiso con la verdad. Mi único problema personal es con la mentira”.
La representante del Ministerio Público aseguró que el matrimonio Scarcella-Castro “perdió la tranquilidad y la calidad de vida”, e hizo hincapié en Alicia, sobre quien dijo “fue valiente, aun cuando sentía que como catequista había fracasado al no poder imponer los valores cristianos, y denunció y reconoció a los autores, aunque le costó decirlo porque no lo podía creer”.
“Los tres acusados fueron los autores de este hecho. Ellos irrumpieron y fueron violentos, en primer lugar Cascini, pegándole al hombre, y luego Durante, al que la mujer reconoció sin la menor duda. Y a pesar de lo mal que se trata a la víctima, esta mujer sostuvo durante 3 años que eran ellos, que no le robaron solamente 8000 pesos, le robaron la paz y ahora pretenden robarle la dignidad acusándola de mentirosa”, señaló Vidal.
“Miles de casos hay en que las víctimas buscan a los autores de los robos por Facebook. Ella fue quien los buscó porque necesitaba ponerles nombre y apellido, porque no conocía a Cascini y Valbuena”, subrayó la fiscal. Además, en un momento, cuestionó la labor de la oficial de policía Soledad Pech, pareja de Valbuena, sobre la que indicó que “pensé que su carrera profesional iba a primar, pero no. Miente, porque en el banquillo de los acusados está su pareja, embarró la cancha, estrategia de defensa, sacándole credibilidad a la víctima. Sin embargo es importante que sepan que los hechos ocurren muy rápido, y las víctimas suelen recordar tiempo después cómo sucedieron “, apuntó la fiscal. En este tramo desvinculó de la causa al policía Julio Rodríguez, al sostener que “no intervino en esta investigación. Pech miente, porque no actuó con Rodríguez sino con Mir, y porque fue ella la que dio el nombre de Durante, no la víctima. Pero ahora es pareja de uno de los acusados y no lo puede decir”.
Después repasó otros elementos que consideró de prueba, como los anteojos secuestrados en la casa de Durante, y las armas incautadas en el domicilio de otro imputado. Y defendió las ruedas de reconocimiento y la investigación. “Todo fue muy vertiginoso. Las víctimas no mienten. ¿Con qué necesidad dirían algo que no pasó? El sistema judicial está mal, porque las víctimas son muy maltratadas”, consideró la fiscal.
Para la representante del Ministerio Público, la defensa buscó “generar caos y gritos”, por lo que pidió que “el jurado no se deje confundir. Ellos han dado primeras versiones, luego dieron otras, buscando dar horarios no precisos para confundir, diciendo que estaban en lugares donde todos los podían ver”. Y este tramo de su alocución, aseguró que varios testigos mintieron para cubrir a los imputados. “Heim, Iriarte, González, mienten. En cambio Francisca Sánchez dijo que pasó a las 19.30 por el gimnasio de Valbuena y estaba cerrado”, apuntó, al tiempo que advirtió que “como es habitual en estos casos, los autores del hecho se cambiaron de ropa. Es el ABC. Y la víctima no vio las rastas de uno de los imputados, a pesar del ‘acting’ que hizo el letrado, porque según la madre del chico las tenía mucho más cortas que ahora”.
“Es difícil luchar contra las mentiras. Pero así fue todo. Al señor Medina, allegado a los Cascini, se lo tuvo que echar porque se hacía señas con un jurado. Y así fue todo. Mintió Pech, y todos los que declararon”, puntualizó Vidal, que volvió a dejar fuera de la pesquisa, en ese punto, al policía Rodríguez.
Y sobre el final, cuestionó incluso al propio sistema judicial. “Fuera cual fuera el resultado de este juicio, la víctima y yo misma perdemos, porque nosotros nos quedamos acá. No podemos hacer nada. En cambio la defensa sí puede recurrir, puede apelar. Y las víctimas no denuncian porque la pasan mal, la pasan pésimo”, argumentó. Y repasó algunos puntos que gravitaron en la calificación del hecho, para concluir que “está probado que los tres imputados son coautores de este hecho, los tres cumpliendo distintos roles. Y les pido que presten atención a la forma en que declararon, uno mirando para abajo, el otro sonrojándose, el otro con una frialdad tremenda. Y ahora me atacarán a mí, pero sé cómo fue esta investigación porque la dirigí yo, haciendo lo mejor que podía. Yo soy honesta, soy así”.