Habilitan el uso de telefonía celular en la cárcel: “son muchos más los que hacen uso indebido afuera”, advirtió un juez

El doctor Mario Juliano, juez penal de Necochea, fue el primer magistrado que firmó una resolución habilitando el uso de telefonía celular en las cárceles durante la emergencia sanitaria por coronavirus, y mientras están suspendidas las visitas. Esa medida fue replicada por otros jueces, y finalmente Casación habilitó la presencia –que en la clandestinidad llegaba a un alto porcentaje de la población carcelaria- de teléfonos en todas las unidades de la Provincia.
“Por la emergencia sanitaria están suspendidas las visitas a los penales; el contacto con familiares y afectos es muy importante para quienes están privados de la libertad, y si esto se suspende por una razón de fuerza mayor, incluso a propuesta de ellos mismos como prevención, se produce un agravamiento de las condiciones de detención. Por eso pensamos que una forma de humanizar el trato y condiciones de alojamiento es habilitar el uso de la telefonía celular”, explicó Juliano. Tras la primera resolución firmada por este magistrado siguieron otras similares, por lo que finalmente el Tribunal de Casación provincial habilitó una medida similar para toda la Provincia, y ocurrió algo similar en las provincias de Chubut y Mendoza y en algunos otros distritos aislados.
“En todas las resoluciones, e incluso en el protocolo que elaboró el Servicio Penitenciario –ya que esta medida cuenta con su consenso- se indica que una vez que finalice la contingencia se evaluarán los resultados de la medida, cuántas denuncias por uso indebido han existido, pero entiendo que por otra parte habrá un enorme porcentaje de personas que le den el uso debido a la telefonía celular tal como sucede hoy en día, que el 90% de la población carcelaria los usa pero sin el control del Estado. Con este protocolo los IMEI estarán registrados, y si hay un uso indebido esto se podrá detectar”, agregó Juliano.
El juez admitió que como todo lo clandestino, la telefonía celular dentro de la cárcel originaba “mafias y negocios espurios; se secuestraban teléfonos, pero a través de los familiares o incluso de algunos agentes penitenciarios, se volvían a hacer de uno inmediatamente. Hoy, no contar con un teléfono celular es estar desvinculado del mundo, de la realidad. Y si bien no descarto que, mal que nos pese, habrá quienes les den un uso indebido a los teléfonos desde el interior de la cárcel, son muchos más los que lo hacen desde afuera. Y ahora, el registro permitirá secuestrar aquellos dispositivos que no estén autorizados e incluso formar una causa penal”.