Los últimos días de Arquímedes Puccio, según quien fuera su abogado en La Pampa

24 agosto, 2015

Los últimos días de Arquímedes Puccio, según quien fuera su abogado en La Pampa

El estreno de la película “El Clan”, de Pablo Trapero, puso nuevamente sobre el tapete el caso de la familia Puccio, parte de la cual fue juzgada por el secuestro y muerte de varias personas en un tramo siniestro de la crónica policial argentina. Entrevistado por LU24, el abogado Oscar Ortiz Zamora, quien en su momento fue letrado del sindicado como jefe del clan criminal, Arquímedes Puccio, recordó que “tuve contacto con él en el orden profesional, cuando le habían iniciado, ya en libertad, una acción de desalojo de una habitación que alquilaba en General Pico, La Pampa, por falta de pago”. Además dijo que el propio Puccio le reconoció, en una conversación, haber tenido fluidos contactos con José López Rega y con la organización conocida como la Triple A.

“Nuestra intervención se circunscribió únicamente a eso, no obstante, yo tuve un contacto directo con él. Era una persona con un gran nivel cultural, tenía tres títulos universitarios, de contador público nacional, licenciado en comercio exterior y abogado, los cuales me exhibió, y había estudiado estando en la cárcel. El mismo fue quien se contactó con nosotros para que lo asistiéramos en este caso del desalojo, y si bien yo advertía un dejo de hipocresía en sus acciones, nosotros no nos asustamos de los clientes y estamos para brindarles servicios”, aseguró el letrado.

Ortiz Zamora recordó que Puccio llegó a General Pico para ser alojado en principio en una cárcel abierta, una de las pocas que hay en el país. “Se usan estos regímenes para personas con buena conducta y penas altas, y la última etapa la pasan en estos lugares donde disponen de su libertad de 6 de la mañana a 22, y luego vuelven a dormir. Creo que él, finalmente, había obtenido la libertad condicional”, describió el profesional.

Finalmente, describió a Puccio como “alguien muy locuaz; de hecho acá en La Pampa se le hicieron muchos reportajes, pero por lo que sé nunca aceptó la comisión de los hechos por los que se lo había juzgado. Acá en Pico no se le opuso mayor resistencia a su presencia; él se cobijó en una iglesia evangélica, que sin duda como entidad religiosa era muy difícil que lo rechazaran. De todos modos nunca aceptó esos hechos que le imputaban”, completó.

Cuando murió, víctima de un cáncer de próstata, según el abogado “nunca nadie se hizo cargo, y cuando el cuerpo en la morgue no podía estar más, la Municipalidad proveyó de un ataúd para que sea sepultado en el cementerio, lo que finalmente ocurrió”.