Pornografía infantil: está próximo a elevarse a juicio el caso de un sospechoso tresarroyense

La fiscal de Género, doctora Natalia Ramos, está cerca de elevar a juicio el caso de Juan Pablo Gette, soldado voluntario del Ejército, sospechoso de formar parte de una red de distribución de pornografía infantil. Según un informe que publica La Nueva, por la diversidad del material pornográfico encontrado en los dispositivos electrónicos secuestrados, el caso del médico Russo (55), procesado con prisión preventiva, se asemeja al contexto por el cual se imputó a un soldado de Tres Arroyos.
Luego de indagarlo, Ramos lo acusó de tenencia de pornografía infantil, ya que habría logrado acreditar que Gette participaría “activamente” de grupos de WhatsApp mediante los cuales recibía este tipo de archivos.
Los peritajes a dos teléfonos celulares de Gette probaron también que la mayoría de los integrantes de estos grupos son extranjeros, entre ellos muchos mexicanos, dedicados exclusivamente a compartir pornografía infantil de toda clase.
En sus móviles se encontró una gran cantidad de “videos y fotos de pornografía infantil, de gays, enanos y con animales”.
“Estos grupos se crean exclusivamente con ese objetivo. Incluso hay uno en el que se acepta pornografía infantil pero no de bebés, así que uno se puede imaginar el nivel de sus participantes”, manifestó Ramos.
“No pudimos acreditar que Gette haya distribuido esa pornografía infantil ni que la haya producido, sino que solo la recibía por grupos de WhatsApp”, dijo y agregó que próximamente la causa se elevará a juicio.
Policías de la Federal, en el marco de la causa, allanaron hace un año la habitación de Gette en el Comando V Cuerpo de Ejército de esta ciudad, donde secuestraron dos teléfonos celulares y una consola de videojuegos PlayStation 3 pertenecientes al joven.
En tanto, en su domicilio de Tres Arroyos se decomisó una notebook, pendrives y otros elementos de interés para la pesquisa que fueron analizados.
Según confirmó Ramos, el soldado está en libertad y al parecer continúa prestando servicio en el V Cuerpo. “No se presentó a la pericia psicológica”, aclaró.
Claves como “caldo de pollo” o “contador público”
La fiscal Natalia Ramos precisó que a los grupos de la aplicación de mensajería instantánea se accede, por ejemplo, vía YouTube.
“Si bien en la deep web (Internet Profunda) hay un montón de pornografía infantil, en la Internet común también se puede encontrar este tipo de contenidos. Los pedófilos se comunican en clave”, aclaró Ramos.
“Si en YouTube se tipea por ejemplo ‘caldo de pollo o contador público’, es decir palabras con las iniciales CP en clave que significa ‘children porn’ (pornografía infantil), aparecen videos normales pero en la parte inferior de la lista hay enlaces con números de teléfonos de los participantes de esos grupos”.
“Agendás esos números en un celular y de manera muy sencilla te agregan a los grupos de WhatsApp, a los que envían videos y fotos de pornografía infantil; hay gente de todo el mundo. Esos grupos se van eliminando y se crean nuevos, entonces la cadena es eterna”, precisó.
Según los fiscales que intervinieron en su caso, de los 25 contactos que tenía Gette en su teléfono, 23 eran grupos de WhatsApp por medio de los que recibía pornografía infantil. “En su mayoría son videos y los participantes conocen sus contenidos, porque piden material y comentan, es decir, no se trata de una maniobra casual. Hay grupos de 20 miembros y otros de 100, por ejemplo”, dijo el doctor Gabriel Lopazzo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 16 tresarroyense, que comenzó la investigación.
En uno de los grupos de WhatsApp se compartía una “infinidad de videos pornográficos infantiles y con contenido repugnante”.
“Hay filmaciones de nenes de 5 o 6 años con mayores de edad que se compartían entre los usuarios de ese grupo”, aseguró Lopazzo.
“Constatamos conexiones con mexicanos. Ese es el país donde más cuestiones de pornografía infantil hay y muchos de los videos fueron enviados desde allí. No detectamos ningún otro usuario de Tres Arroyos”, concluyó.
Fuente: La Nueva