Violento asalto a una familia de Claromecó

20 septiembre, 2014

Violento asalto a una familia de Claromecó

Un asalto violento se registró anoche en Claromecó en la vivienda de la familia Castro.

El hecho se produjo en la propiedad ubicada en la esquina 9 y 16, del reconocido “Chino” Castro, cuando alrededor de las 20 horas, golpearon la puerta tres personas encapuchadas, amenazando con armas de fuego.
Los delincuentes se dieron a la fuga luego de alzarse con aproximadamente ocho mil pesos.
Alicia de Castro relató a LU24 esta mañana lo sucedido en el atraco: “a las 20 horas tocaron el timbre y mi esposo abrió. Eran tres delincuentes que lo empujaron; estaban enmascarados y dos de ellos armados. Les digo que les doy el dinero y pedí que le destaparan la boca a mi marido porque no podía respirar. Subí y no me permitieron bajar más. Me ataron las manos y los pies pero nunca me golpearon. Me apuntaban en la frente con un revolver y me exigían más dinero del que les había dado. Sonaron los celulares, era mi hija preocupada porque llamaba y no atendíamos. Después que se fueron baje y llamaba a los gritos mi esposo, que estaba encerrado y yo no sabía donde, pero lo primero que hice fue llamar al 911, que enseguida estaban todos los móviles. Me atendieron de maravilla y lo liberaron a mi esposo, que lo habían atado abajo de la mesa. A él lo habían golpeado con la culata del revolver”, detalló.
La mujer destacó también la atención recibida por parte del personal del “Hospitalito”.
Agregó, por otra parte, que “no hay cajeros para hacer depósito, siempre vamos al banco pero ayer justo no habíamos ido; no se si tenían información de eso. Es la segunda vez que nos roban”, informó.
Recordó, además, que “me pedían más dinero y que si no se los daba me mataban y les dije entonces que maten porque no tenía más plata para darte. Nunca les tuve miedo, ni me asuste”, indicó.
Alicia remarcó el trabajo de la familia durante todos estos años y reflexionó: “nosotros hemos trabajado toda la vida y no se me dio nunca por delinquir y me dio pena por esos chicos, porque ellos eligen hacer daño a dos personas jubiladas. Mi esposo tiene 71 y yo 66, toda una vida de trabajo”.