Se salvó de milagro al caer al arroyo del Parque Cabañas

20 agosto, 2014

Se salvó de milagro al caer al arroyo del Parque Cabañas

Varios menores que anoche se desplazaban en un automóvil mediano, “de color oscuro” probablemente un Renault Clio o Corsa, terminaron su diversión con un susto mayúsculo, cuando uno de ellos cayó a las aguas del arroyo Orellano en el Parque Cabañas.

El paseo es cerrado al público después del atardecer. En una época sonaba una tradicional sirena que advertía a quienes estaban en el Parque, que en pocos minutos las tranqueras se iban a cerrar.

Esta madrugada, al parecer, los jóvenes habrían estado bebiendo a orillas del arroyo donde hay algunos “bancos naturales” que invitan a sentarse. Según se pudo conocer, tal lo comentó un remisero a LU 24 esta mañana, aproximadamente a las 3.50 los participantes del encuentro en el Parque (al que habrían ingresado sorteando un alambrado lateral) se pegaron mayúsculo susto cuando un de los amigos cayó a las aguas del arroyo. La rápida reacción del joven fue acertada, dado que pudo amarrarse al parecer a una raíz, lo que le permitió incorporarse y salir del agua, no sin antes haber mojado toda su ropa y sufrir el rigor del frío.

Los participantes de la reunión volvieron de inmediato al auto, que estaba estacionado sobre una de las laterales del Parque y dieron cobijo a quien había caído al agua, que se quitaba sus ropas mojadas para ingresar al automóvil. Mientras tanto, los restantes volvían al sitio de la reunión a recoger algunas botellas de cerveza que habían consumido en el lugar, para evitar dejar alguna “huella”.

Sin novedad policial ni en el Hospital

Consultada la Policía de Tres Arroyos, indicaron que no tienen noticia alguna sobre el suceso y probablemente al no haber consecuencia de ningún tipo en cuanto a la integridad de personas, el hecho quedará sólo en el anecdotario.

En el Hospital tampoco hubo ingreso de alguna persona con probables consecuencias de enfriamiento. Todo hace suponer que la ulterioridad fue un chapuzón indeseado, una mojadura a destiempo y probablemente un buen resfrío para quien hubiera sido el protagonista.