Tras denunciarlo públicamente, un claromequense fue a la Policía contra un médico del Hospitalito

Heber Ángel Artigas Sotelo Castro, vecino de Claromecó que días pasados dio a conocer una carta pública en la que cuestionaba el accionar de un médico que presta servicios en el Centro de Salud de Claromecó (“Hospitalito”), por la atención que le brindó a su esposa, resolvió denunciar penalmente al facultativo.
En la presentación que hizo ante personal de la Comisaría Segunda de Claromecó, Sotelo Castro identifica al médico denunciado como “Olivera Daniel”, y deja constancia de su intención de que se le impute “negligencia profesional, daño físico, psicológico y lucro cesante”.
El hombre describe ampliamente, en su declaración efectuada ante la Policía, los hechos que comenzaron cuando su esposa, Karina Cazzaniga, acudió al Centro de Salud claromequense en diciembre de 2019 con una inflamación en su pierna izquierda. En aquel momento, según expresa, Olivera “le recetó ibuprofeno y le recomendó reposo con la pierna en alto”. Los dolores y la inflamación siguieron al punto que la mujer dejó de trabajar, y volvió a acudir en enero de este año a recibir atención. De acuerdo a lo que sostiene Sotelo, Olivera le habló de un desgarro o flebitis, a pesar de que la mujer “le refirió antecedentes familiares por déficit de antitrombina 3, que incluso causaron el fallecimiento de su padre y otros parientes”.
Desde ese momento, refiere la denuncia, la salud de la esposa de Sotelo comienza a empeorar, con cuadros de dificultad respiratoria y posterior arritmia cardíaca. Se suceden varios ingresos de la mujer al Hospitalito, donde es atendida por el propio Olivera y también por la doctora Sugimori, hasta que finalmente el 28 de abril la descompensación de Cazzaniga es tal que se resuelve derivarla al Hospital Pirovano. Pero Sotelo Castro no puede acompañarla: le indican que la mujer será trasladada con protocolo de COVID-19, y lo obligan a hacer la cuarentena junto al resto de su familia, por lo que se ve impedido, hasta que días después le avisan que el hisopado de su esposa dio negativo, de estar con ella en el centro de salud local.
Cuando finalmente logra viajar, se encuentra con su esposa en tal grave estado, según describe, que fue necesario derivarla al Hospital Argerich de Buenos Aires, “sin garantía de que saliera bien”, según denuncia.