¿Una “combinación de llamadas” comprometería al subcomisario Morales?

1 noviembre, 2016

¿Una “combinación de llamadas” comprometería al subcomisario Morales?

Días pasados, LU 24 publicó un estado de la situación de la causa que tiene como principal acusado al expolicía Walter Galvan, hoy detenido en la Unidad Penal de Batan, cercana a Mar del Plata, oportunidad en que en la crónica se expresaba que se esperaban estudios de posibles escuchas telefónicas que a la postre podrían reafirmar la tarea investigativa de la Fiscalía en cuanto a intentar demostrar la posible complicidad de otros miembros de la fuerza policial en la “liberación de zonas” en favor de los delincuentes que actuaban por la modalidad de ingresar a las viviendas por perforaciones en los techos.

El propio Fiscal Lopazzo, ante nuestra consulta concreta sobre la posiblidad de análisis de conversaciones telefónicas, descartó que hubiera una pista certera, ilustrando que en la Provincia de Buenos Aires, hay solo una dependencia investigativa que hace este tipo de tarea: buscar los audios de conversaciones entre determinados números de teléfonos y en este sentido “hay que esperar turno”. Lo cierto es que tal vez la negativa haya sido una estrategia del Fiscal, especialmente para no dar públicamente posibles pistas que sirvieran en el fondo de la cuestión para empañar el trabajo de investigación.

El allanamiento ayer a la casa de uno de los policías separados del cargo en Tres Arroyos hace dos meses, abona esa teoría que probablemente podría haber alguna “escucha” que comprometa a este o a otros funcionarios y más aún, analizando la orden de allanamiento se solicitaba en la misma secuestrar elementos que pudieran tener un archivo magnético y teléfonos celulares.

Lo cierto es que la versión de alguna comunicación o “seguidilla de comunicaciones” podría haber sido la pista que motivó a Lopazzo pedirle al Juez de Garantias el allanamiento de la casa del Subcomisario Ariel Morales, el que se hizo con total discreción con personal policial de civil, con la presencia de instructores judiciales, en horario diurno y concurriendo los funcionarios, todos, en automóviles particulares.